sábado, 25 de enero de 2014

Secuelas de una adicción. En medio de la noche entre las gotas de lluvia. Parte 5.




Mc123 en una calle oscura bajo un faro, llueve, a lo lejos se escuchan autos pasar.


Quisiera hablar con total franqueza. Quisiera hablar con total transparencia. Quiero ser libre. Cuando hablo de la libertad me dicen que es algo trillado, por eso sólo lo escribo en un papel pequeño y lo doblo en mitades hasta que se vuelve insignificante. Las personas piden otras cosas, desean amor, paz, tranquilidad, y vuelven a pedir más amor. Yo quiero la trillada libertad.

¿Cómo tenerla?

El lenguaje es una prisión. El lenguaje pudiera ser un camino a la libertad, pero cómo podría ser yo libre sólo con el lenguaje. El lenguaje confunde, nos traiciona, adorna las acciones. Acciones presentes: aquí y ahora, es para mi lo que cuenta. ¿Cuántas veces he estado aquí frente a ustedes?

Tal vez, ninguna.

Posiblemente muchas veces lo intenté, sin embargo, fui temerosa, no podría decir que no; sólo quiero ser libre. No me interesa el amor, ni sus minucias. Me interesa la libertad de mis sentimientos, eso sí, eso siempre, por eso quise buscar a B30. Le busqué porque sabía que todo me prohibía estar cerca de él, hasta él, pero yo deseaba ir y romper esa malla tramposa y asquerosa del mundo. Tampoco pude, tampoco pude ir en contra de él, ni de lo que siento, tuve que soltarlo. Le mande un mensaje débil como cuando la ropa se atora en alguna esquina y parece que uno no puede dar pasos firmes. Le busqué así: patética e insegura. Él, es decir, B30 contesto con muchos signos de admiración diciendo que luego me llamaría. No lo hizo.

De cualquier modo, ahora estoy en el exilio. No me quieren cerca porque he roto las reglas de civilidad. Debo de aceptar lo que la gente ofrece aunque yo no lo quiera.  ¿Debo de aceptar lo que la gente ofrece aunque yo no lo quiera? No, no no no, yo no elegí ser eme ce uno dos tres.


Estaba tan contenta, pero be treinta, be treinta. ¿ustedes qué piensan? Be treinta tiene que devolverme mi nombre, sino no podré ser libre, sino, seguiré siento eme ce uno dos tres. ¿Por qué lo ha hecho?

(En la calle silenciosa de pronto un grupo de mujeres. Ellas cantan y bailan. Se detienen cerca de Mc123)

¡Otra exiliada! (risas)

….

¿Qué hiciste muchacha? ¿qué te ha traído a está calle oscura?


Estoy buscando.


¿A quién? ¿qué?


mmm… estoy buscando a mujeres qué sean como yo.


(Risas) ¿Para qué quieres conocer mujeres como tú debe haber cientos de billones de programaciones como tú? Mujeres libres sólo estamos nosotras y ninguna se parece a ti.


¿Por qué viven en la calle?


Nos han sacado de la ciudad. No podemos vivir en ella, pero no podemos dejarla, tampoco creas que somos muy libres, lo que quiero decir es que tenemos un rasgo de libertad mayor, como tu ahora mismo, hablabas sola ¿no es cierto?


No, hablaba con las personas que están afuera.


(Risas) ¿Puedes verles?


No, pero no necesito verles, se que ellos me ven. No todos. Algunos. 


Existe una estación de vigilancia, que tiene la red completa todos los registros están ahí, de todas las unidades. Di que eres mi sobrina. Di que eres sobrina de Columba.


¿Por qué me ayudas?


No te ayudo. Sólo te digo que eres mi sobrina.



(Las mujeres se alejan cantando y la lluvia cesa Mc123 se queda bajo el faro hasta que se apaga).



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