domingo, 27 de octubre de 2013

Recuerdos: un poco de orden en este blog.


En la necesidad de estructurar mi inspiración de buscar un nuevo muso o considerar la necesidad de no tenerlo, de escribir de las propias motivaciones han surgido muchas ideas en el tintero. Está como siempre el pendiente con Julieta y Jasen historia que escribo y borro desde hace algunos años espero que antes del día de muertos la tenga completa o al menos pueda sacar una primera parte como dice mi hermano y Sarquis también son mis muertos.
Por ahora, he tenido un montón de ideas que no tienen conclusión, lo cual, no es necesariamente malo, tengo incluso pensado algo que debiera ser más fructífero en fotografía que escrito, digamos que la obligación de escribir en el blog continuamente es una disciplina que me he autoimpuesto como un espacio para liberar a través de la constancia.
La primera temporada de este blog estuvo dedicada a uno de mis amores platónicos y cómo suelen ser una especie de trampas mentales creada más por la mente que por el objeto-sujeto del deseo. Entonces, hice una breve revisión de mis musos y casualmente aún conservo conmigo un diario del 2010, quizá, ese diario pudiera ser no tan importante, aunque considero que es el año en que comencé a superar dolores de al menos un lustro anterior. Abrí el diario y leí:

Como decía el maestro Rodolfo Valencia hay que caminar a través del miedo y agregaba, es bueno perder ante el enemigo, pero no ante el miedo.

Luego, escarbé un poco más en las páginas y encontré lo siguiente:

Cuando bajé de su auto- de ese círculo vicioso, vaciado, atorado, maligno, dañino, no dije cuándo, no dije dame… dijimos suerte, dijimos adiós. Como un cuentagotas de hospital es mi relación con él y mis sentimientos un torrente que no sabe, que no sabe.
Corazón deforme.

Pensé, ¿a quién le escribí esto? Di vuelta a la página y vi que hablaba de Alejo, así que parece que la pluma anda nostálgica… bien pues así será entonces… los muertos tendrán que revivir y los desaparecidos aparecer, después de todo, estamos en otoño y las hojas caen y el viento se lleva las secas.
Me permito que mis hojas caigan queridos lectores, anónimos, que desconozco si por casualidad van siguiendo la liga, si van o si vienen, al parecer los relatos que siguen serán homenajes del pasado a los queridos y espectrales Julieta y Jasen; y al fugaz e impredecible, amado y popular Alejo, el amigo perfecto, tal vez, tengamos de pasada un poco del un joven director manipulador y otro poco de por qué es bueno enamorarse de un escritor.

No se pierdan mis relatos cosas interesantes y nostálgicas vendrán, así como el otoño.







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