En
la necesidad de estructurar mi inspiración de buscar un nuevo muso o considerar
la necesidad de no tenerlo, de escribir de las propias motivaciones han surgido
muchas ideas en el tintero. Está como siempre el pendiente con Julieta y Jasen
historia que escribo y borro desde hace algunos años espero que antes del día
de muertos la tenga completa o al menos pueda sacar una primera parte como dice
mi hermano y Sarquis también son mis
muertos.
Por ahora, he tenido un montón de ideas que no tienen
conclusión, lo cual, no es necesariamente malo, tengo incluso pensado algo que
debiera ser más fructífero en fotografía que escrito, digamos que la obligación
de escribir en el blog continuamente es una disciplina que me he autoimpuesto como
un espacio para liberar a través de la constancia.
La primera temporada de este blog estuvo dedicada a uno de
mis amores platónicos y cómo suelen ser una especie de trampas mentales creada más por la mente que
por el objeto-sujeto del deseo. Entonces, hice una breve revisión de mis musos y casualmente aún conservo conmigo
un diario del 2010, quizá, ese diario pudiera ser no tan importante, aunque
considero que es el año en que comencé a superar dolores de al menos un lustro
anterior. Abrí el diario y leí:
Como decía el maestro Rodolfo Valencia hay que caminar a
través del miedo y agregaba, es bueno perder ante el enemigo, pero no ante el
miedo.
Luego,
escarbé un poco más en las páginas y encontré lo siguiente:
Cuando bajé de su auto- de ese círculo vicioso, vaciado,
atorado, maligno, dañino, no dije cuándo, no dije dame… dijimos suerte, dijimos
adiós. Como un cuentagotas de hospital es mi relación con él y mis
sentimientos un torrente que no sabe, que no sabe.
Corazón deforme.
Pensé, ¿a quién le escribí esto? Di vuelta a la página y vi
que hablaba de Alejo, así que parece que la pluma anda nostálgica… bien pues
así será entonces… los muertos tendrán que revivir y los desaparecidos aparecer,
después de todo, estamos en otoño y las hojas caen y el viento se lleva las
secas.
Me permito que mis hojas caigan queridos lectores, anónimos,
que desconozco si por casualidad van siguiendo la liga, si van o si vienen, al
parecer los relatos que siguen serán homenajes del pasado a los queridos y
espectrales Julieta y Jasen; y al fugaz e impredecible, amado y popular Alejo,
el amigo perfecto, tal vez, tengamos de pasada un poco del un joven director
manipulador y otro poco de por qué es bueno enamorarse de un escritor.
No se pierdan mis relatos cosas interesantes y nostálgicas vendrán, así como el otoño.
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