La muñeca de mi sobrina nos ha hecho reír, cómo
adivinar que las grabadoras dentro de los juguetes pueden ser tan divertidas. Arribó mi padre con sus ojos grandes y pálido, entonces, la casa se quedó en
silencio, se sentó a cenar, no pudimos darle buenas noticias.
En la cirugía de Ana María le extirparon el ochenta
por ciento del tumor, el otro veinte (maligno) sigue dentro de ella.
Adela, su madre, dice que no abre los ojos, luego de la
intervención quirúrgica. Guardamos la esperanza de su mirada.
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