Xalapa:
Mis palabras se tropiezan cuando quiero hablar de ti. Me dan ganas de
hacer la historia completa desde el primer día que pise tus
calles. Tú mejor qué nadie sabes que años atrás nos conocimos y
nunca pensamos que fuera algo más que unas
vacaciones fortuitas. Ahora eres entrañable en mi vida,
ya no podría comprenderme sin tener que ir a ti.
Xalapa lluvia
Xalapa cálida
Xalapa cambiante
Los misterios de tus calles
y sus amores prefiero que se queden ahí en la frontera
de la fanfarronería y el mito. Aquel faro por el que pase tantas veces, la esquina de
la tienda de ropa que ahora es una cafetería no confesarán, lo que yo no
me atrevo a contar.
Qué cosas, ¡una cafetería!, yo lo pensaba… eh!?., la tienda
Yuridia no vendía nada, me seguía preguntando como
era que se mantenían.
Hablando de cafeterías recuerdo la
pequeña ubicada en la
calle de Allende que cambio de local a una casa en la esquina de Leona Vicario
para volverse más mona y más nice. Cuando eso paso también hubieron otros
sucesos el tiempo que las amigas, amigos y gente de muchos tipos iba y venía por aquel café cada uno con su importancia y su propio camino. Aunque por suerte Xalapa eres como yo voluble y sabes cambiar de clima
como yo cambiar de tema.
Quiero recordarte que
muchas veces dude de ti, quería irme corriendito
por dónde había venido porque me
parecías insoportable;
me alegra haberme quedado a mi propia
historia como diría Eltayeb, el escritor árabe que hace
poesía hablando de las
sombras.
Qué quieres que te
diga que no sepas, te quedas con mi corazón latiendo, me
voy amándote, así nomas porque
nunca aprendí a poner freno a mis emociones y de nuevo lloro por dejarte.
No puedo hacerte ninguna
promesa, sería de mal gusto, injusto y poco realista, aunque sé que si vuelvo a
caminar tus calles, volveré a amarte.
Lunes, 2 de diciembre de 2013.
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